lunes, 17 de marzo de 2008

Razones para no comer carne

He aquí algunas razones para dejar de consumir carne:

- Razones antropológicas:

Dentadura - Hasta hace algunos años se ha querido deducir de las diferentes piezas dentales del hombre su carácter carnívoro. En especial, siempre se hacía hincapié en que los caninos estaban ahí para desgarrar carne. Hoy nadie defiende esta tesis. La dentadura humana es parecida a la de los grandes simios y nuestros caninos son precisamente un residuo defensivo de nuestro parentesco con los antropoides, gorilas y chimpancés, los cuales nunca lo usan para matar o desgarrar, solo para defenderse de sus depredadores. Los incisivos, por otra parte, son excelentes instrumentos para cortar la fibra de verdura, frutas y frutos secos, luego masticada por los molares.

Aparato digestivo - La saliva de los carnívoros es ácida, en función de la digestión de proteínas animales, y carece de ptialina, una sustancia química que digieres los almidones; la nuestra es alcalina y contiene ptialina para digerir los almidones.
El estómago de un carnívoro es un simple saco redondo que segrega diez veces más ácido clorhídrico que el de un no carnívoro. Nuestro estómago es de forma oblonga, de estructura complicada y se continúa en un duodeno. Los intestinos de un carnívoro tienen tres veces la longitud del tronco, y están preparados para una rápida expulsión de los alimentos que se pudren rápidamente (la carne). Los nuestros miden doce veces la longitud del tronco, y están preparados para conservar dentro los alimentos hasta que de ellos hayan sido extraídos todos los principios nutritivos.
El hígado de un carnívoro es capaz de eliminar entre diez y quince veces más ácido úrico que el de un animal que no lo sea, el del hombre tiene la capacidad de eliminar solo una reducida cantidad de dicho ácido (producido como consecuencia del consumo de carne).A diferencia de los carnívoros y de la mayor parte de los omnívoros, los seres humanos no tenemos uricasa, la enzima capaz de descomponer el ácido úrico. La orina de los carnívoros es ácida, la nuestra alcalina

Ácidos orgánicos - Los animales carnívoros segregan cantidades de ácidos orgánicos para digerir la carne cruda. Cuando el hombre ingiere grandes cantidades de carne y aunque ya hayan sido "digeridos" en parte por el fuego, necesita todavía importantes cantidades de ácidos para disolver estos alimentos y esto sólo se logra a través de hiperfunciones del hígado y del bazo, lo que a largo plazo conduce a problemas funcionales en estos órganos. Pero lo más problemático de una dieta carnívora es que los bolos alimenticios tardan muchas horas en atravesar nuestro intestino y , antes de ser evacuados, los residuos empiezan a fermentar en el interior, con lo que asimilamos sustancias tóxicas indeseables para nuestra salud.

Anatomía humana - Anatómicamente nos parecemos mucho a los grandes simios que, en general, no se alimentan de carne. Un carnívoro no suda por la piel y no tiene poros, nosotros si. . Ellos tienen la lengua áspera, nosotros no. Nuestras manos están perfectamente adaptadas para coger frutos, no para desgarrar las entrañas de un animal como las garras de un carnívoro.


- Razones ecológicas:

Una alimentación sin carne es, económicamente, mucho más sostenible que una alimentación carnívora. Estamos produciendo más alimento del que necesita la población mundial. Si conserváramos nuestra provisión de cereales y se la diéramos a los seres humanos mal nutridos, en lugar de dársela al ganado, se podría nutrir fácilmente a todas las personas crónicamente subalimentadas del planeta. Para dar una idea del derroche que supone nuestro tipo de alimentación, daré algunas cifras: las plantas producen mucha más proteína por hectárea que el ganado, 16 kilos de cereales cuesta porducir un kilo de carne. Sólo con la reducción de un 10% de la producción de carne, se podría alimentar con cereales a 60 millones de personas.

Tampoco hay que olvidar que las técnicas de cría intensiva necesarias para producir dietas cárnicas han ocasionado la erosión de gran parte de la superficie terrestre. Millones de hectáreas de bosques productivos y diversos tanto en zonas templadas como tropicales, han sido talados y son destinados a pastos para el ganado, alterando así ricos "ecosistemas-pulmones" (Amazonia) de nuestro planeta.

- Razones de salud:

Los peligros de comer carne son variados. Por un lado, la carne -al estar al final de la cadena trófica- acumula gran cantidad de sustancias tóxicas: toxinas, colesterol, grasas saturadas, ácido úrico, etc. La cantidad de pesticidas y fertilizantes artificiales: DDT, DES, arsénico (usado en la comida del ganado como estimulante del crecimiento), sulfato de sodio y nitritos (usados para darle a la carne su "fresco" color rojo y altamente cancerígeno), así como todas las sustancias de engorde que se le da al ganado, dejan residuos en la carne que pasan al hombre, eslabón final de la cadena alimentaria. Por otro lado, la penicilina y la tetraciclina, los dos antibióticos más usados a niveles subterapéuticos para la alimentación del ganado, son los que están dando origen a mayor número de bacterias resistentes, apareciendo nuevos casos de meningitis, neumonias rebeldes al tratamiento médico.

La grasa de la carne aumenta en un 40% más las posibilidades de sufrir algún tipo de cáncer y un mayor riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio y obesidad.

El ácido úrico es el ácido de la orina del animal. ¡Es lo que da a la carne su sabor! Para neutralizar estos ácidos el cuerpo utiliza reservas de minerales alcalinos, principalmente calcio, de los huesos y dientes. Esto provoca que las reservas de calcio vayan disminuyendo dejando al "hueso poroso" (osteoporosis), conduciendo al desarrollo de la postura curvada, espina dorsal torcida, fracturas espontáneas, etc. Una vez que la neutralización de los ácidos ha ocurrido, residuos de urato de calcio son depositados en los tejidos blandos y calcifican. Estos depósitos son tan duros como piedras y si se forman en las arterias dan lugar a arteriosclerosis o estrechamiento de las arterias, en las lentes ópticas forman cataratas, en los uréteres del riñón y en la vesícula biliar piedras, en la piel arrugas, en las articulaciones artritis, etc.

El cuerpo humano es una máquina compleja. Y, como toda máquina, algunos combustibles son más apropiados que otros para que funcione mejor. Los registros médicos de todo el mundo demuestran sin duda alguna que la carne es un combustible muy ineficiente para echar a andar la máquina humana y que eventualmente cobra un impuesto muy alto.

- Razones éticas:

Hoy en día, los animales no se crían a la manera tradicional, como se hacía antaño en los pueblos, donde las condiciones de cerdos, vacas, gallinas y conejos eran más benignas. Vivían en espacios mayores, tenían cierta libertad de movimientos dentro del establo o gallinero, un contacto humano, las gallinas ponían huevos según su propio ritmo, las vacas pastaban en el campo muchas veces, y todos consumían alimentos de cierta calidad,a base de las sobras de las casas, junto con verdura, maíz, pasto, etc. Hoy han pasado a estar en unos espacios mínimos, hacinados, sin capacidad de movimiento; son alimentados con harinas animales, compuestas de restos inmundos, dudosamente comestibles, cuya finalidad es únicamente rebajar los "costes"; sufren sistemas de iluminación que trastocan sus biorritmos para que produzcan más huevos; las gallinas, son atiborradas de hormonas, antibióticos y cualquier otro producto engordante que aumente el "rendimiento"; sufren unas condiciones de transporte que acarrean varios días sin comer ni beber. Los bueyes y los cerdos son castrados sin anestesia. Todos estos animales pasan sus cortas vidas en lugares abarrotados , llenos de amoníaco y con frecuencia a temperaturas extremas.

Hemos establecido leyes para que el que haga algún daño a otro hombre sea duramente castigado, a veces incluso con su propia vida. Sin embargo, en lo que respecta a los no-humanos, en especial a aquellos cuya carne o pieles apreciamos hemos decidido que su vida animal no vale nada, y se puede hacer con ella todo lo que se quiera, al arbitrio de aquel que la posea. Todo ello debido a que los animales no pueden emitir juicios lógicos, ni disponen de una inteligencia racional, ni de un lenguaje articulado. Al ser seres de inferior inteligencia, al parecer no tienen derechos. Desde un punto de vista ético, sin embargo, el criterio prevaleciente no se refiere a la inteligencia de un ser o a su habilidad mental, sino a la capacidad de sufrir dolor físico y emocional. Y los cerdos, gallinas, terneros..., resulta obvio decirlo, experimentan dolor. Pueden sentirse solos, desesperados, tristes, sufren cuando se les priva de sus crías, notan el terror colectivo que se respira en los mataderos.



- Conclusión:

Sin llegar al extremo de obsesionarnos con un estilo dietético, ni de radicalizar nuestras vidas, resulta interesante acercarse a la filosofía existente tras el no consumo de carne, porque devuelve al hombre al lugar que le corresponde en la Naturaleza, sin la prepotencia que arrastramos fruto de dos mil años de tradición judeocristiana, que asume que el hombre es el rey de la creación y cumbre de toda evolución.
Las cosas cambiarían bastante si tuviesemos que matar con nuestras propias manos los animales que nos comemos, porque nos sensibilizaríamos ante el dolor animal; o si tuviésemos que presenciar el diario y horrendo espectáculo de los mataderos, y supiésemos las penalidades que ha pasado el animal del cual nos llevamos la carne a la boca, seríamos conscientes de lo que significa comer carne. Pero en esta sociedad donde todo está compartimentado nos resulta difícil imaginar aquello que no vemos, y la fuerza de la costumbre nos hace no asociar la carne de que nos alimentamos con la vida animal. Sin embargo, nadie que tenga animales domésticos sería capaz de comerse a su perro o a su gato. Lo más lamentable de la situación actual son las enormes dimensiones que ha adquirido la explotación animal, y el hecho de que todo esté supeditado a los intereses económicos. Se estima en cerca de 45 mil millones los animales muertos al año en mataderos para satisfacer la demanda cárnica mundial.
Muchas corrientes naturistas, el ecologismo y las medicinas alternativas buscan precisamente armonizarnos con el entorno e integrarnos mucho más en la existencia de nuestro planeta y de los seres que habitan en ella. El respeto a la vida es lo que dignifica nuestra propia vida.